UN PAÍS EN LLAMAS, ¿ES POSIBLE REDUCIR LOS INCENDIOS FORESTALES?
La ocurrencia de incendios intencionales en el país con el objetivo de modificar el uso del suelo para adaptarlos a actividades productivas agrícolas, ganaderas o inmobiliarias, juntamente con prácticas de quema por fuera del sistema legal de permisos y regulaciones ha tenido un aumento preocupante en la ultima década. Especialmente durante el periodo temprano de diseño y discusión del Ordenamiento Territorial de
Bosques Nativos OTBN y la Fase I de su implementación, se generó un fuerte incentivo económico a destruir y quemar bosques de alto valor ecológico y ambiental como forma de evitar una zonificación de preservación que impidiera el posible uso futuro como tierra agrícola, ganadera o de valor inmobiliario. El ordenamiento territorial y en particular el OTBN fue vista por muchos terratenientes como una pérdida económica y de valor de sus propiedades; lo que generó resistencias en los procesos de ordenamiento territorial y en el respeto a las leyes y normativas que se desprenden de éstos.
Los incendios intencionales producen graves daños ambientales, sociales y económicos entre los que se incluyen la destrucción de la cubierta forestal, la muerte, sufrimiento y huida de millones de animales, la perdida de suelo fértil y hábitat de la fauna silvestre, el avance de la erosión y desertificación, la desaparición de ecosistemas, alteración del régimen hidrológico, pérdidas de vidas humanas, pérdida de propiedad pública y privada, accidentes en rutas y autopistas y daños al sector turístico.
Los incendios provocan además la creación de una capa hidrofóbica que impide retener y absorber el agua de lluvias o del desborde de cuencas, propiciando inundaciones y desprendimiento de tierras por el aumento de la escorrentía superficial; así como el incremento de plagas y enfermedades, la desaparición de la flora nativa en los ecosistemas facilitando así la dispersión de las especies invasivas.
Los grandes incendios también afectan seriamente a pueblos y ciudades cercanas generando problemas respiratorios que resultan en una saturación simultánea y extendida de hospitales y centros de salud, tal como ocurrió en la ciudad de Rosario en 2020, aumentando la presión al sistema de salud, ya en tensión por la pandemia de Covid19. [...]
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