EL MODELO DE M TOCA FONDO

El modelo económico de M se sustentaba sobre dos bases endebles: el endeudamiento externo y la atracción de capitales especulativos. La negativa de los grandes bancos extranjeros “amigos” del gobierno a seguir absorbiendo papeles argentinos y su inesperada retirada de la bicicleta de las LEBACs, dejó tambaleando en el aire al frágil esquema financiero montado por Cambiemos en sus dos años y medios de gestión. Al limitarse el ingreso de dólares financieros, los viejos problemas estructurales de la economía argentina vuelven a decir presente (déficit comercial, de turismo, remisión de utilidades, pago de intereses, fuga de capitales...), agravados por la política PRO de apertura comercial, creciente endeudamiento y atracción de capitales especulativos.

Ante semejante fragilidad, la corrida cambiaria iniciada en abril y que aún continúa, se llevó puestas el 13% de las reservas, depreció un 25% el peso y elevó en 13,75 p.p. la tasa de interés de referencia real (LEBACs). Ante el cierre de los mercados voluntarios de crédito y la estampida hacia el dólar, el gobierno hecho mano a un acuerdo con el FMI. El objetivo es lograr que los dólares puestos por dicho organismo garanticen una salida ordenada de los grupos locales y externos de nuestra economía. El financiamiento por el organismo (y todos los argentinos que quedamos endeudados) de esa fuga de capitales, evitaría un estallido del dólar antes de las elecciones de 2019.

Pero el camino elegido no está libre de obstáculos. La receta de ajuste fiscal impuesta por el FMI no sólo no soluciona los problemas externos estructurales de nuestra economía. Además, genera una creciente oposición social y política aún de quienes, hasta hace poco, parecían los más firmes aliados. Es el caso del “campo”, a quien el organismo internacional apuntó sus primeros dardos en búsqueda del equilibrio fiscal mediante un incremento de las retenciones. Los conflictos entre quienes hasta ayer conformaban el bloque de poder en el gobierno, se suman al previsible creciente descontento social de las víctimas directas e indirectas (vía contracción de la actividad y el empleo) del programa de ajuste. Al resquebrajamiento económico y social del modelo de M, le seguirá previsiblemente su debilitamiento político...

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