REACTIVACIÓN POST PANDEMIA VS PACTO DE AUSTERIDAD CON EL FMI
La economía argentina comienza a salir de lo peor de la coronacrisis de la mano de la flexibilización de las regulaciones a la movilidad de la población y la habilitación de nuevas actividades. El rebote en la actividad de la construcción, la actividad industrial y los servicios públicos respecto a los meses de abril y mayo debe, sin embargo, tomarse con cautela. Son el efecto de la puesta en marcha de sectores de la economía que se encontraban prácticamente parados durante los meses de más estricta cuarentena. El efecto estadístico de un fuerte crecimiento mensual no debe llevar a un falso optimismo.
Casi la totalidad de las actividades todavía muestran caídas interanuales bruscas (ISAC: -14,8% jun.20/19; IPI: -6,6 % jun.20/19; Cemento: -11,1% jul.20/19; Autos: -1,5% jul20/19 aún con efecto recomposición de stocks) respecto a los ya de por sí bajos niveles de 2019.
La recuperación post pandemia dependerá crucialmente del programa económico de reactivación que presente el gobierno. Las “60 medidas para salir de la crisis” deberán hacer equilibrio entre las presiones sectoriales, los cambios que implica la nueva normalidad y las restricciones estructurales que condicionan históricamente nuestra economía (que se condensan en un mercado de cambios bajo presión permanente). Sin embargo, el principal escollo para la reactivación son las restricciones a la política económica que pueden derivar de la renegociación de la deuda con el FMI, tras haber logrado cerrar un acuerdo con los acreedores privados. El pacto implícito de austeridad fiscal con un tipo de cambio elevado entre los funcionarios de economía y la burocracia del organismo, pueden paralizar los principales motores de la demanda (consumo público y privado), manteniendo la economía en el letargo de la recesión. [...]
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