INTRODUCCIÓN

La sociedad actual, organizada en torno a la lógica patriarcal, educa a varones y mujeres para que cumplan aquellos roles de género que perpetúan las diferencias entre unos y otras. 
 
Culturalmente se encasilla a las mujeres alrededor de las actividades de cuidado, que en su mayoría se realizan dentro de los hogares, y por las cuales reciben en promedio una menor (cuando no nula) remuneración en comparación a aquellas que son típicamente masculinas. 
 
Como resultado de esta inserción diferenciada al mercado laboral, la libertad económica de las mujeres se ve restringida. Resulta por tanto fundamental, visibilizar la problemática y cuantificar las diferencias para desarrollar políticas que vayan en contra de estas desigualdades. 

DESTACADOS DE PRENSA

La carga de trabajo doméstico no remunerado: un 73% de las mujeres está a cargo de la organización del hogar, mientras que en el rol de “ayudantes” hay una mayor proporción de varones. Asimismo, cuando se analiza la composición de la población económicamente inactiva desagregada por género, se observa que la mayor parte de quienes se encuentran inactivos por ser “ama de casa” son las mujeres. 
 
A las mujeres se les exigen más calificaciones para ocupar puestos de trabajo: las mujeres que demandan empleo han alcanzado niveles educativos más altos. Al mismo tiempo, aquellas mujeres que se encuentran trabajando también tienen niveles educativos más altos. 
 
Menos trabajos remunerados y más precarización: todas las variables analizadas muestran que existe una mayor proporción de mujeres que no acceden a los derechos laborales básicos (Vacaciones pagas, Aguinaldo, Días pagos por enfermedad y Obra social). 
 
Para las nenas “Barbie”, para los nenes “Bob, el constructor”:  los puestos relacionados a la seguridad, los transportes y la construcción, tienen una participación femenina mínima o nula, en cambio aquellos que comprenden la realización de tareas de limpieza y atención humana, son mayoritariamente realizados por mujeres. Estas tareas, al ser menos valoradas por la sociedad, son remuneradas con un salario menor. 
 
Brecha salarial: los datos del tercer trimestre de 2019 muestra que en el Aglomerado Gran Rosario la brecha salarial es del 35%.

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