LOS MUERTOS NO PAGAN
El impacto de la pandemia y la cuarentena se hacen sentir de lleno sobre la economía. Los primeros indicadores económicos muestran caídas brutales en sectores de la construcción, la industria y el comercio. Mientras, el Estado sale a cubrir a la población con una amplia e indispensable política de ingresos para evitar que la crisis económica genere situaciones sociales insostenibles. Pero ese amplio abanico de políticas de ingresos pone en crisis las finanzas públicas requiriendo niveles de emisión monetaria que terminan alimentando presiones sobre el dólar paralelo.
En ese grave contexto nacional e internacional, queda claro que Argentina no tiene recursos fiscales ni externos para afrontar el pago de la deuda externa. Acorde a ello, el gobierno presentó una propuesta de canje con una quita relevante de intereses y baja de capital, un período de gracia de 3 años y un estiramiento general de los plazos. Nuestra estimación a valor presente es una quita que ronda el 54%, utilizando una tasa de descuento similar a la que acceden a financiarse países como Brasil o México. Una oferta que debería ser aceptable para acreedores que busquen una rentabilidad de mediano plazo acorde al rendimiento de los bonos de otros países de la región.
Aún así, queda por verse si la oferta argentina será aceptada o si, por el contrario, los acreedores prefieren avanzar sobre la judicialización de la deuda a la espera, tal vez, de una mejora en la oferta. Pero más relevante para la macroeconomía argentina es que, sea porque se acepte el canje o porque se caiga en default, por unos años nuestras cuentas públicas y externas se verán aliviadas de los asfixiantes pagos de la deuda. [...]
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