LA ECONOMÍA ARGENTINA EN EL LIMBO DISTRIBUTIVO
Para este año, la voluntad del gobierno de alcanzar un determinado resultado distributivo con salarios apenas algunos puntos por encima de la inflación depende en gran medida del comportamiento que tengan tres variables clave: tipo de cambio, salarios e inflación. Los incentivos y desincentivos económicos, los controles y las regulaciones, la autoridad política de poder ejecutivo y hasta la participación de actores de la sociedad civil tiene que coordinarse milimétricamente para dar con el escenario deseado. Mostrar una salida con expectativas positivas hacia adelante a la luz de la recuperación será fundamental para las chances electorales del Frente de Todos. En este informe nos proponemos analizar en detalle los determinantes de cada una de estas variables para poder tener una verdadera dimensión de las capacidades del gobierno de alcanzar ese resultado, los límites que pudiera tener y las decisiones que deberá tomar en el camino.
LA ESTRATEGIA CAMBIARIA
El tipo de cambio tiene la particularidad de ser el precio que el gobierno puede administrar de forma más directa gracias a los controles cambiarios. Sin embargo, la lectura que predominó en el gobierno inicialmente fue la de mantener el tipo de cambio real heredado como una forma de preservar el equilibrio externo. Luego de acompañar las depreciaciones de los países emergentes a inicios de la pandemia - en los últimos doce meses, el real se depreció un 22% con un incremento de los precios del 4,5% -, siguió al ritmo mensual de la inflación y con mayor volatilidad a partir de octubre cuando la tensión de la brecha cambiaria se trasladó también a los precios. En el mes de enero, a la par de la inflación de diciembre, el tipo de cambio subió un 4%. En el mes de febrero, el tipo de cambio ya rompe la tendencia de seguir a la par de la inflación y se ve un menor ritmo de devaluación. Esta es una de las claves para dar lugar a una recuperación salarial en un año donde van a jugar las expectativas a futuro en las elecciones tras tres años de pérdida del poder adquisitivo. De todos modos, entendemos que a pesar de que no se siga exactamente a la par de la inflación, el tipo de cambio tampoco será utilizado como un ancla que trate de frenar de golpe toda la inercia inflacionaria como pudo haber sido la estrategia en gestiones anteriores. Pero sí es importante tener en cuenta que un tipo de cambio aumentando todos los meses a la par de la inflación reduce el margen para que los salarios reales se recuperen. El nivel heredado y mantenido durante 2020 da cierto aire para que una devaluación del tipo de cambio oficial sea absolutamente evitable. Y más si se incorpora el efecto de los términos del intercambio por el lado comercial, que mejoraron un 3,1% en el último año y un 8,5% en los últimos dos años por el incremento en los precios de las exportaciones y la reducción de los precios de las importaciones.[...]
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