En este informe se presentan estimaciones sobre la evolución del porcentaje de población bajo la línea de pobreza e indigencia desde el 2003 hasta el segundo semestre de 2013, haciendo uso, desde 2007, de canastas de indigencia y pobreza propias, confeccionadas ajustando las canastas de INDEC de diciembre de 2006 con la información de precios que brindan algunos institutos de estadísticas provinciales.
En base a esas estadísticas se observa que el porcentaje de población pobre, que era del 46% en el segundo semestre de 2003, se ubicó por debajo del 15% en el último año y medio. Por su parte, el porcentaje de población indigente (aquellos que no acceden a una alimentación mínima), que era del 19% en 2003, se encuentra por debajo del 5% desde hace dos años y medio.
Para el segundo semestre de 2013, el 13,2% de la población percibía ingresos por debajo de la línea de la pobreza y un 4% por debajo de la línea de indigencia. En la comparación con el mismo semestre de 2012, se percibe una leve disminución en ambos porcentajes (de 1 y 0,4 puntos porcentuales, respectivamente).
Las claves para la disminución de los índices de pobreza e indigencia entre 2003 y 2013, se encuentra en la creación de empleo y mejora de los salarios en una primer etapa, para luego cobrar relevancia la política de inclusión y mejora de haberes jubilatorios junto a la asignación universal por hijo.
Teniendo en cuenta que la información de la EPH llega hasta finales de 2013 y que en los primeros meses de 2014 se registra una aceleración de la inflación, un incremento aún mayor de las jubilaciones, asignaciones y del salario mínimo, parece una política recomendable para evitar un deterioro del ingreso real de la población más humilde.